Obra de microteatro de corte existencialista para cuatro personajes, publicada en junio de 2017 en la pág.4 del nº4 de la Revista crítica y literaria "Leñalmono" ...
Se encuentran:
1 – Hola
2 – Hola ¿Qué tal?
1 – Bien, Me llamo 1
3 – ¿1? Yo me llamo 3
– Que bonito nombre 3, es en verdad lindo.
3 – Gracias.
2 – Pues yo me llamo 2
1 – Encantado 2
2 – Encantado 1
3 – Encantado
2 – Encantado 3
– Encantado 2
1 – Encantado 3
3 – Encantado 1
2 – Oye, ¿Y tú cómo te llamas?
– Mmm No tengo Nombre.
1 – ¿Cómo que no tienes? Seguro que sí. Debes tener nombre.
– No, pues no tengo.
1 – ¿Cómo va a ser?
– Pues… no sé.
3 – Ah! y entonces ¿ahora cómo te llamamos?
– No sé.
2 – Pues vaya.
3 – Podríamos llamarlo…
1 – Podríamos llamarlo No sé.
2 – Es como José, pero con N, me gusta, es profético.
3 – Yo creo que sería mejor llamarlo “Duda” o algo así, ya que duda.
2 – Entonces sería en todo caso: “Pensado” pues lo ha pensado; No lo ha dudado.
– Yo no dudo.
1 – no… no… Considero más oportuno llamarlo Niega, pues siempre Niega.
2 – Podríamos llamarlo “Perdío”, que más decir jajajajaja (1,2 y 3 ríen)
– ¡Esto es absurdo!
3 – Tranquilo…
2 – ¿Se te ocurre alguna otra solución?
– Seguir como hasta ahora.
3 – ¡Eso es inviable!
1 – Podríamos llamarlo “Sin Nombre”
2 – En todo caso sería “Mmm No tengo Nombre”
1 – Ese nombre es cutre, es mejor “Sin Nombre”
2 – (Irónico) Lo que tú digas ahora: Es.
– Vaya…
2 – Le llamaremos “Sin Nombre” y no se hable más.
3 – ¡No!
1 – ¿Por qué?
3 – Porque entonces “Sin Nombre” ya sería un nombre, y no tiene nombre.
– Claro.
2 – ¿Y entonces? ¿Qué hacemos?
– No lo sé.
2 – ¿Cómo quieres que te llamemos?
– Es que estoy de acuerdo con 3, y prefiero no tener nombre
1 – De eso nada… habrá que buscar una solución. Así no te puedes quedar.
– ¿Por qué no?
2 – Pues porque no. Hay que ponerte un nombre.
– Yo no tengo nombre, ¡Y No me llamo!
2 – Y entonces como te identificamos
3 – No puedes quedarte sin identificar
– ¿Por qué no?
1 – Porque todos tenemos un nombre con el que se nos identifica
– ¿Y qué?
3 – ¿Cómo que ¿y qué??
2 – No puedes ser… No puedes no ser. No puedes no tener identificación, sería
incomprensible, ¿Cómo nos referimos a ti entonces?
– Pues no lo sé
1 – ¡Siempre no lo sé!
– Pues es que es cierto, solo sé que no lo sé.
2 – Pues Aclárate.
– Si aclarado estoy.
3 – Está “sumbáo”
1 – No está “sumbáo”, Mira, si no tienes identificación, no existes.
– ¿No puedo… … … … … … … aquí?
1 – No.
2 – Chacho no te pases. No le niegues la existencia.
1 – ¡Pues bueno! no nos referiremos a ti en ningún momento, sólo hablaremos contigo, para que no se nos achaque de discriminación.
3 – Pues ya se puede portar bien.
2 – ¡Es que no es justo! no se le puede inculpar de nada porque ¿Cómo te refieres a … …? ¿Veis? ¡No se puede!
– Yo soy bueno.
1– Claro eso es lo que dices, además, esto no es constitucional, A si mismo si se puede referir.
3 – ¿Cómo?
1 – Se ha referido a sí mismo como Yo soy para referirse a sí mismo. Y si puede hacerlo ¿Por qué el resto no podemos referirnos a su persona?
2 – ¡Ay! qué cantidad de dilemas sin necesidad nos has ocasionado.
– No era mi intención
1 – Pero lo has hecho.
– No traten de comprenderlo todo, déjense fluir…
1 – ¿Cómo sé que no eres producto de mi imaginación si no tienes definición?
2 – Lo mismo pienso yo
3 – Y yo…
(silencio)
3 – Hay cosas indefinibles y sin embargo están… o quizá no.
FIN