MANIFIESTO:
Hay un Pensamiento. Y hay un No Pensamiento. Este último al tiempo impulsa y arrastra a la especie humana hacia una autodestrucción autómata regenerada. Éste último, degrada la conciencia del primero. Violencia, Pederastia, Miedo. La ciencia del arte deja al descubierto el esqueleto de una esquina… Violaciones, Envidia, Mutilaciones, La Lapidación de la Tortura, Maldad, Guerra, Codicia, Jerarquías… La verdad de la autoconciencia ausente, es casi un imperativo tan categórico como el de que La Verdad No Existe.
Hijos de la guerra. La violencia arrastra tras de si a la infancia, en reguero de sangre literal y metafórico. De abrasadoras llamas, de ácidos y tejidos derretidos. Hay un espacio que es nido recóndito en el subconsciente patológico del enfermo ira, virus latente en la conducta. Recién nacidos ahogados con el cordón umbilical propio. En ese Espacio-Nido del No-Pensamiento y de desorden no hay bonit@. La realidad aparente se transforma al compás de la respiración ahogada, forzada. Armonizada a la par por el zumbar de las moscas intermitentes y algún llanto espontáneo.
Este nido, este Espejo subliminal ante el cual el ser humano de a pie reacciona, se construye como un espacio interactivo en el cual las pulsiones más obscuras del ser humano como especie, se dan cita en “la representación objeto” del avance desastroso por la que ésta, irracional, transita.
Así el feto (actor) forma parte de este útero nocivo del que renace y se desliga para salir al exterior del espacio nodriza con el fin de propagarse como un cáncer y extender el ciclo-bucle.
FICHA TÉCNICA:
Performance: Manuel Ángel Pereda Viña.
Colabora: Cristina Durán
B.S.O.: Gabriel González Pérez
Maquillaje: Eva Lilith Pereda
Agradecimientos: Yeray, Tania García García, a Roke, María Pereda, a Sasha Bornkesel y a toda la organizacion del Festival internacional de performances Arte En Predicado.
Materiales: Sangre de cerdo, plástico, cadenas de acero, alambre, neumáticos, asfalto, carrito de la compra, cubos de pintura oxidados, esparadrapo, pintura negra, amortiguadores y piezas de mecánica oxidadas y grasientas.
Luz: Dos cañones de luz de seguimiento.
REFLEXIÓN SOBRE EL PROCESO CREATIVO
A la hora de abordar la performance quise vivir, (y compartir la experiencia del concepto con los espectadores haciéndolos partícipes), más allá de la intelectualidad. A la hora de interpretar un mensaje, los seres humanos codificamos mucha información de manera sensitiva que nos lleva a un análisis consciente y a un análisis subconsciente. Nuestra comprensión del mensaje varía en función de lo experimentado con los sentidos. Es por ello que razoné básico comunicar el concepto de la performance mediante los sentidos, convirtiendo todo el espacio en una instalación para envolver y hacer partícipe al espectador:
- Olfato: Coloqué veinte ambientadores por todo el claustro interior con sangre de cerdo fresca.
- Tacto: Fregué el suelo de todo el espacio con sangre de cerdo para que se pegaran los pies.
- Gusto: Olfato y gusto están ligados. El olor a sangre en un espacio cerrado invadió las papilas gustativas.
- Oido: Mediante una banda sonora original que compuso Gabriel González Pérez sobre unas indicaciones previas, se rompió la placenta plástica, se arrastraron las cadenas y se doblaron los alambres.
- Vista: Mimo de sábana combinado con Butó en un espacio a oscuras y dos cañones de luz de seguimiento.
LA EXPERIENCIA...
No estaba previsto que los espectadores se sentaran sobre lo fregao, ni que la gente que llegara durante la representación tropezara con los ambientadores ubicados en el suelo. La singularidad hizo que el objetivo artístico se cumpliese en todo su apogeo.
Como performer establecí un canovaccio a seguir. Sin ensayo previo: para conservar la frescura innata a un acto escénico de estas características. Conocia el tiempo de duración de la banda sonora y las premisas para su composición y a partir de ahí trabajé la expresión corporal durante la representación.
ENLACE A PÁGINA EN EL FESTIVAL
http://artistasencuentro.blogspot.com/2008/03/manuel-ngel.html